Lecturas diarias de la Leccionario de la Misa https://bible.usccb.org/bible/lecturas Lecturas diarias de la Leccionario de la Misa en Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de setiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Memoria de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen María https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072624.cfm
  • Readings for the Memoria de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María
  • Primera lectura Jer 3, 14-17

    “Vuélvanse a mí, hijos rebeldes, porque yo soy su dueño, dice el Señor: Iré tomando conmigo a uno de cada ciudad, a dos de cada familia y los traeré a Sión; les daré pastores según mi corazón, que los apacienten con sabiduría y prudencia.

    Después, cuando ustedes se hayan multiplicado y hayan prosperado en el país, palabra del Señor, ya no habrá necesidad de invocar el arca de la alianza del Señor, pues ya no pensarán en ella, ni se acordarán de ella, ni la echarán de menos, ni se les ocurrirá hacer otra.

    En aquel tiempo, llamarán a Jerusalén ‘el trono del Señor’, acudirán a ella todos los pueblos en el nombre del Señor y ya no seguirán la maldad de su corazón obstinado”.

    Salmo Responsorial Jeremías 31, 10. 11-12ab. 13

    R. (cf. 10d) El Señor es nuestro pastor.
    Escuchen, pueblos, la palabra del Señor,
    y anúncienla aun en las islas más remotas:
    “El que dispersó a Israel lo reunirá
    y lo cuidará como el pastor a su rebaño”. R.
    R. El Señor es nuestro pastor.
    Porque el Señor redimió a Jacob
    y lo rescató de las manos del poderoso.
    Ellos vendrán para aclamarlo al monte Sión
    Y correrán hacia los bienes del Señor. R.
    R. El Señor es nuestro pastor.
    Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando;
    se sentirán felices jóvenes y viejos,   
    porque yo convertiré su tristeza en alegría,   
    y los llenaré de gozo y aliviaré sus penas. R.
    R. El Señor es nuestro pastor.

    Aclamación antes del Evangelio Cfr Lc 8, 15

    R. Aleluya, aleluya.
    Dichosos los que cumplen la palabra del Señor
    con un corazón bueno y sincero,
    y perseveran hasta dar fruto.
    R. Aleluya.

    Evangelio Mt 13, 18-23

    En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Escuchen ustedes lo que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino.

    Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.

    Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas, la sofocan y queda sin fruto.

    En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta’’.

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    Lectionary for Mass for Use in the Dioceses of the United States, second typical edition, Copyright © 2001, 1998, 1997, 1986, 1970 Confraternity of Christian Doctrine; Psalm refrain © 1968, 1981, 1997, International Committee on English in the Liturgy, Inc. All rights reserved. Neither this work nor any part of it may be reproduced, distributed, performed or displayed in any medium, including electronic or digital, without permission in writing from the copyright owner.

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    Fri, 26 Jul 2024 04:30:00 EDT USCCB https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072624.cfm
    Fiesta de Santiago, Apóstol https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072524.cfm Primera lectura 2 Cor 4, 7-15
    Hermanos: Llevamos un tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.

    Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús. Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.

    Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.

    Salmo Responsorial Salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6

    R. (5) Entre gritos de júbilo cosecharán
    aquellos que siembran con dolor.
    Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio,
    creíamos soñar;
    entonces no cesaba de reír nuestra boca,
    ni se cansaba entonces la lengua de cantar.
    R. Entre gritos de júbilo cosecharán
    aquellos que siembran con dolor.
    Aun los mismos paganos con asombro decían:
    "¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!"
    Y estábamos alegres,
    pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor.
    R. Entre gritos de júbilo cosecharán
    aquellos que siembran con dolor.
    Como cambian los ríos la suerte del desierto,
    cambia también ahora nuestra suerte, Señor,
    y entre gritos de júbilo
    cosecharán aquellos que siembran con dolor.
    R. Entre gritos de júbilo cosecharán
    aquellos que siembran con dolor.
    Al ir, iban llorando, cargando la semilla;
    al regresar, cantando vendrán con sus gavillas.
    R. Entre gritos de júbilo cosecharán
    aquellos que siembran con dolor.

    Aclamación antes del Evangelio Cfr Jn 15, 16

    R. Aleluya, aleluya.
    Yo los he elegido del mundo, dice el Señor,
    para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.
    R. Aleluya.

    Evangelio Mt 20, 20-28

    En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella respondió: "Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino". Pero Jesús replicó: "No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?" Ellos contestaron: "Sí podemos". Y él les dijo: "Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado".

    Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos".
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    Thu, 25 Jul 2024 04:30:00 EDT USCCB https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072524.cfm
    Miércoles de la XVI semana del Tiempo ordinario https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072424.cfm
  • Readings for the Memoria Opcional de San Chárbel Makhlūf, presbítero
  • Primera lectura Jer 1, 1. 4-10

    Palabras de Jeremías, hijo de Jilquías, uno de los sacerdotes residentes en Anatot, territorio de Benjamín.

    En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras:
    "Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco;
    desde antes de que nacieras,
    te consagré como profeta para las naciones".

    Yo le contesté: "Pero, Señor mío,
    yo no sé expresarme,
    porque apenas soy un muchacho".

    El Señor me dijo:
    "No digas que eres un muchacho,
    pues irás a donde yo te envíe
    y dirás lo que yo te mande.
    No tengas miedo,
    porque yo estoy contigo para protegerte",
    palabra del Señor.

    El Señor extendió entonces su brazo,
    con su mano me tocó la boca y me dijo:
    "Desde hoy pongo mis palabras en tu boca
    y te doy autoridad sobre pueblos y reyes,
    para que arranques y derribes,
    para que destruyas y deshagas,
    para que edifiques y plantes".

    Salmo Responsorial Salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17

    R. (cf. 15) Señor, tú eres mi esperanza.
    Señor, tú eres mi esperanza,
    Que no quede yo jamás defraudado.
    Tú que eres justo, ayúdame y defiéndeme;
    escucha mi oración y ponme a salvo.
    R. Señor, tú eres mi esperanza.
    Sé para mí un refugio,
    ciudad fortificada en que me salves.
    Y pues eres mi auxilio y mi defensa,
    líbrame, Señor, de los malvados.
    R. Señor, tú eres mi esperanza.
    Señor, tú eres mi esperanza;
    desde mi juventud en ti confío.
    Desde que estaba en el seno de mi madre,
    yo me apoyaba en ti y tú me sostenías.
    R. Señor, tú eres mi esperanza.
    Yo proclamaré siempre tu justicia
    y a todas horas, tu misericordia.
    Me enseñaste a alabarte desde niño
    y seguir alabándote es mi orgullo.
    R. Señor, tú eres mi esperanza.

    Aclamación antes del Evangelio

    R. Aleluya, aleluya.
    La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo;
    todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre.
    R. Aleluya.

    Evangelio Mt 13, 1-9

    Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:

    "Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".
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    Wed, 24 Jul 2024 04:30:00 EDT USCCB https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072424.cfm
    Martes de la XVI semana del Tiempo ordinario https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072324.cfm
  • Readings for the Memoria Opcional de Santa Brígida, religiosa
  • Primera lectura Miq 7, 14-15. 18-20

    Señor, Dios nuestro, pastorea a tu pueblo con tu cayado,
    a las ovejas de tu heredad,
    que permanecen aisladas en la maleza,
    en medio de campos feraces.
    Pastarán en Basán y en Galaad,
    como en los días de antaño,
    como cuando salimos de Egipto
    y nos mostrabas tus prodigios.

    ¿Qué Dios hay como tú, que quitas la iniquidad
    y pasas por alto la rebeldía de los sobrevivientes de Israel?
    No mantendrás por siempre tu cólera,
    pues te complaces en ser misericordioso.

    Volverás a compadecerte de nosotros,
    aplastarás con tus pies nuestras iniquidades,
    arrojarás a lo hondo del mar nuestros delitos.
    Serás fiel con Jacob y compasivo con Abraham,
    como juraste a nuestros padres en tiempos remotos,
    Señor, Dios nuestro.

    Salmo Responsorial Salmo 84,  2-4. 5-6. 7-8

    R. (8a) Muéstranos, Señor, tu misericordia.
    Señor, has sido bueno con tu tierra,
    pues cambiaste la suerte de Jacob,
    perdonaste las culpas de tu pueblo
    y sepultaste todos sus pecados;
    reprimiste tu cólera,
    y frenaste el incendio de tu ira. R.
    R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
    También ahora cambia nuestra suerte,
    Dios, salvador nuestro,
    y deja ya tu rencor contra nosotros.
    ¿O es que vas a estar siempre enojado,
    y a prolongar tu ira de generación en generación? R.
    R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
    ¿No vas a devolvernos la vida,
    para que tu pueblo se alegre contigo?
    Muéstranos, Señor, tu misericordia,
    y danos tu salvación. R.
    R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

    Aclamación antes del Evangelio Jn 14, 23

    R. Aleluya, aleluya.
    El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
    y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.
    R. Aleluya.

    Evangelio Mt 12, 46-50

    En aquel tiempo, Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus parientes se acercaron y trataban de hablar con él. Alguien le dijo entonces a Jesús: “Oye, ahí fuera están tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo”.

    Pero él respondió al que se lo decía: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: “Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”.

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    Tue, 23 Jul 2024 04:30:00 EDT USCCB https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072324.cfm
    Fiesta de Santa María Magdalena https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072224.cfm Primera lectura Can 3, 1-4

    Esto dice la esposa:
    “En mi lecho, por las noches,
    a mi amado yo buscaba.
    Lo busqué, pero fue en vano.
    Me levantaré. Por las plazas
    y barrios de la ciudad
    buscaré al amor de mi alma.

    Lo busqué, pero fue en vano.
    Y me encontraron los guardias
    de la ciudad, y les dije:
    ‘¿Qué no vieron a aquel que ama
    mi alma?’ Y apenas se fueron,
    encontré al amor de mi alma”.
     

    O bien: 2 Co 5, 14-17


    Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

    Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos. Si alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios, ahora ya no lo hacemos. El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo.

    Salmo Responsorial Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9

    R. (2b) Señor, mi alma tiene sed de ti.
    Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco;
    de ti sedienta está mi alma.
    Señor, todo mi ser te añora,
    como el suelo reseco añora el agua.
    R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
    Para admirar tu gloria y tu poder,
    anhelo contemplarte en el santuario.
    Pues mejor es tu amor que la existencia;
    siempre, Señor, te alabarán mis labios.
    R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
    Podré así bendecirte mientras viva
    y levantar en oración mis manos.
    De lo mejor se saciará mi alma;
    te alabaré con júbilo en los labios.
    R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
    Fuiste mi auxilio
    y a tu sombra, canté lleno de gozo.
    A ti se adhiere mi alma
    y tu diestra me da seguro apoyo.
    R. Señor, mi alma tiene sed de ti.

    Aclamación antes del Evangelio

    R. Aleluya, aleluya.
    ¿Qué has visto de camino,
    María, en la mañana?
    A mi Señor glorioso,
    la tumba abandonada.
    R. Aleluya.

    Evangelio Jn 20, 1-2. 11-18

    El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”.

    María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: “¿Por qué estás llorando, mujer?” Ella les contestó: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto”.

    Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: “Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?” Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: “Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto”. Jesús le dijo: “¡María!” Ella se volvió y exclamó: “¡Rabbuní!”, que en hebreo significa ‘maestro’. Jesús le dijo: “Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios’ ”.

    María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje.



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    Mon, 22 Jul 2024 04:30:00 EDT USCCB https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072224.cfm
    XVI Domingo Ordinario https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072124.cfm Primera lectura Jer 23, 1-6
    "¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer a las ovejas de mi rebaño!, dice el Señor.

    Por eso habló así el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: "Ustedes han rechazado y dispersado a mis ovejas y no las han cuidado. Yo me encargaré de castigar la maldad de las acciones de ustedes. Yo mismo reuniré al resto de mis ovejas de todos los países a donde las había expulsado y las volveré a traer a sus pastos, para que ahí crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las apacienten. Ya no temerán ni se espantarán y ninguna se perderá.

    Miren: Viene un tiempo, dice el Señor,
    en que haré surgir un renuevo en el tronco de David:
    será un rey justo y prudente
    y hará que en la tierra se observen la ley y la justicia.
    En sus días será puesto a salvo Judá,
    Israel habitará confiadamente
    y a él lo llamarán con este nombre:
    'El Señor es nuestra justicia' ".

    Salmo Responsorial Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5.6.

    R. (1) El Señor es mi pastor, nada me faltará.
    El Señor es mi pastor, nada me falta:
    en verdes praderas me hace reposar
    y hacia fuentes tranquilas me conduce
    para reparar mis fuerzas.  
    R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
    Por ser un Dios fiel a sus promesas,
    me guía por el sendero recto;
    así, aunque camine por cañadas oscuras,
    nada temo, porque tú estás conmigo.
    Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
    R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
    Tú mismo me preparas la mesa,
    a despecho de mis adversarios;
    me unges la cabeza con perfume,
    y llenas mi copa hasta los bordes.  
    R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
    Tu bondad y tu misericordia me acompañarán
    todos los días de mi vida;
    y viviré en la casa del Señor
    por años sin término.
    R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

    Segunda lectura Ef 2, 13-18


    Hermanos: Ahora, unidos a Cristo Jesús, ustedes, que antes estaban lejos, están cerca, en virtud de la sangre de Cristo.

    Porque él es nuestra paz; él hizo de los judíos y de los no judíos un solo pueblo; él destruyó, en su propio cuerpo, la barrera que los separaba: el odio; él abolió la ley, que consistía en mandatos y reglamentos, para crear en sí mismo, de los dos pueblos, un solo hombre nuevo, estableciendo la paz, y para reconciliar a ambos, hechos un solo cuerpo, con Dios, por medio de la cruz, dando muerte en sí mismo al odio.

    Vino para anunciar la buena nueva de la paz, tanto a ustedes, los que estaban lejos, como a los que estaban cerca.

    Así, unos y otros podemos acercarnos al Padre, por la acción de un mismo Espíritu.

    Aclamación antes del Evangelio Jn 10, 27

    R. Aleluya, aleluya.
    Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor;
    yo las conozco y ellas me siguen.
    R. Aleluya.

    Evangelio Mc 6, 30-34

    En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: "Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco", porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.

    Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.

    Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
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    Sun, 21 Jul 2024 04:30:00 EDT USCCB https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072124.cfm
    Sábado de la XV semana del Tiempo ordinario https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072024.cfm
  • Readings for the Memoria Opcional de san Apolinar, obispo y mártir
  • Primera lectura Miq 2, 1-5

    ¡Ay de aquellos que planean injusticias,
    que traman el mal durante la noche
    y al despuntar la mañana, lo ejecutan,
    porque son gente poderosa!

    Codician los campos y los roban,
    codician las casas y las usurpan,
    violando todos los derechos
    arruinan al hombre y lo despojan de su herencia.

    Por eso dice el Señor:
    "Estoy planeando contra esta gente
    una serie de calamidades
    de las que no podrán escapar.
    Entonces ya no caminarán con altivez,
    porque será un tiempo de desgracias.
    Aquel día, la gente se burlará de ellos
    y les cantará un triste canto:
    Nos han despojado de todo
    y se han repartido nuestras tierras;
    se han apoderado de nuestra herencia
    y no hay quien nos la devuelva".

    Por eso dice el Señor:
    "Cuando la asamblea del pueblo
    distribuya nuevamente las tierras,
    no habrá parte para ellos".

    Salmo Responsorial Salmo 9, 22-23. 24-25. 28.29. 35

    R. (12b) Señor, no te olvides de los pobres.
    ¿Por qué te quedas lejos, Señor,
    y te escondes en el momento de la angustia?
    La soberbia del malvado oprime al pobre.
    ¡Que se enrede en las intrigas que ha tramado!
    R. Señor, no te olvides de los pobres.
    El malvado presume de su ambición,
    y el avaro maldice al Señor.
    El malvado dice con insolencia
    que no hay Dios que le pida cuentas.
    R. Señor, no te olvides de los pobres.
    Su boca está llena de engaños y fraudes,
    su lengua esconde maldad y opresión;
    se agazapa junto a la casa del inocente
    para matarlo a escondidas.
    R. Señor, no te olvides de los pobres.
    Pero tú, Señor, ves las penas y los trabajos,
    tú los miras y los tomas en tus manos;
    el pobre se encomienda a ti,
    tú eres el socorro del huérfano.
    R. Señor, no te olvides de los pobres.

    Aclamación antes del Evangelio 2 Cor 5, 19

    R. Aleluya, aleluya.
    Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo,
    y nos ha encomendado a nosotros
    el mensaje de la reconciliación.
    R. Aleluya.

    Evangelio Mt 12, 14-21

    En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con él. Al saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y él curó a todos los enfermos y les mandó enérgicamente que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías:

    Miren a mi siervo, a quien sostengo;
    a mi elegido, en quien tengo mis complacencias.
    En él he puesto mi Espíritu,
    para que haga brillar la justicia sobre las naciones.
    No gritará ni clamará,
    no hará oír su voz en las plazas,
    no romperá la caña resquebrajada,
    ni apagará la mecha que aún humea,
    hasta que haga triunfar la justicia sobre la tierra;
    y en él pondrán todas las naciones su esperanza.

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    Lectionary for Mass for Use in the Dioceses of the United States, second typical edition, Copyright © 2001, 1998, 1997, 1986, 1970 Confraternity of Christian Doctrine; Psalm refrain © 1968, 1981, 1997, International Committee on English in the Liturgy, Inc. All rights reserved. Neither this work nor any part of it may be reproduced, distributed, performed or displayed in any medium, including electronic or digital, without permission in writing from the copyright owner.

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    Sat, 20 Jul 2024 04:30:00 EDT USCCB https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072024.cfm
    Viernes de la XV semana del Tiempo ordinario https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071924.cfm Primera lectura Is 38, 1-6. 21-22. 7-8
    En aquel tiempo, el rey Ezequías enfermó de muerte y vino a verlo el profeta Isaías, hijo de Amós, y le dijo: "Esto dice el Señor: 'Arregla todos tus asuntos, porque no te vas a aliviar y te vas a morir' ".

    Ezequías volvió la cara hacia la pared, oró al Señor y dijo: "Acuérdate, Señor, de que te he servido con fidelidad y rectitud de corazón y de que he hecho siempre lo que a ti te agrada". Y lloró con abundantes lágrimas.

    Entonces el Señor le habló a Isaías y le dijo: "Ve a decirle a Ezequías: 'Esto dice el Señor, Dios de tu padre, David: He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a curarte y en tres días podrás ir al templo del Señor. Voy a darte quince años más de vida. Te libraré de la mano del rey de Asiria a ti y a tu ciudad, y protegeré a Jerusalén' ".

    Dijo entonces Isaías: "Traigan un emplasto de higos y aplíquenselo en la llaga para que se alivie". Y Ezequías dijo: "¿Cuál es la señal de que podré ir al templo del Señor?" Respondió Isaías: "Esta será para ti la señal de que el Señor cumplirá las cosas que te ha dicho: voy a hacer que la sombra retroceda los diez grados que ha avanzado en el reloj de sol de Ajaz". Y el sol retrocedió los diez grados que había avanzado.

    Salmo Responsorial Isaías 38, 10. 11. 12abcd. 16

    R. (cf. 17b) Sálvame, Señor, y viviré.
    Yo pensaba que a la mitad de mi vida
    tendría que dirigirme hacia las puertas del abismo
    y me privarían del resto de mis años.
    R. Sálvame, Señor, y viviré.
    Yo pensaba que ya no volvería a ver al Señor
    en la tierra de los vivos,
    que ya no volvería a ver a los hombres
    entre los habitantes del mundo.
    R. Sálvame, Señor, y viviré.
    Levantan y enrollan mi vida
    como una tienda de pastores.
    Como un tejedor tejía yo mi vida,
    y me cortaron la trama.
    R. Sálvame, Señor, y viviré.
    A los que Dios protege viven,
    y entre ellos vivirá mi espíritu;
    me has curado,
    me has hecho revivir.
    R. Sálvame, Señor, y viviré.

    Aclamación antes del Evangelio Jn 10, 27

    R. Aleluya, aleluya.
    Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor;
    yo las conozco y ellas me siguen.
    R. Aleluya.

    Evangelio Mt 12, 1-8

    Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: "Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado".

    Él les contestó: "¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?

    ¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo.

    Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado''.
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    Fri, 19 Jul 2024 04:30:00 EDT USCCB https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071924.cfm
    Jueves de la XV semana del Tiempo ordinario https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071824.cfm
  • Readings for the Memoria Opcional de San Camilo de Lelis, presbítero
  • Primera lectura Is 26, 7-9. 12. 16-19

    La senda del justo es recta
    porque tú, Señor, le allanas el sendero.
    En el camino de tus mandamientos te buscamos,
    anhelando, Señor, tu nombre y tu recuerdo.

    Mi alma te desea por la noche
    y mi espíritu te busca por la mañana,
    porque tus mandamientos son la luz de la tierra
    y enseñan justicia a los habitantes del orbe.

    Tú nos darás, Señor, la paz,
    porque todo lo que hemos hecho
    eres tú quien lo ha hecho por nosotros.

    Acudimos a ti, Señor, en el peligro,
    cuando nos angustiaba la fuerza de tu castigo.
    Como una mujer que va a dar a luz,
    que se retuerce y grita angustiada,
    así éramos, Señor, en tu presencia:
    concebimos y nos retorcimos,
    ¡pero lo único que hemos dado a luz ha sido viento!
    No le hemos dado salvación al país,
    no le han nacido habitantes al mundo.

    Tus muertos vivirán, sus cadáveres resucitarán,
    despertarán jubilosos los que habitan en los sepulcros,
    porque tu rocío es rocío luminoso
    y la tierra de las sombras dará a luz.

    Salmo Responsorial Salmo 101, 13-14ab y 15. 16-18. 19-21

    R. (20b) El Señor tiene compasión de nosotros.
    Tú, Señor, reinas para siempre
    y tu fama pasa de generación en generación.
    Levántate y ten misericordia de Sión,
    pues ya es tiempo de que te apiades de ella.
    Tus siervos aman sus piedras
    y se compadecen de sus ruinas.
    R. El Señor tiene compasión de nosotros.
    Cuando el Señor reedifique a Sión
    y aparezca glorioso,
    cuando oiga el clamor del oprimido
    y no se muestre a sus plegarias sordo,
    entonces temerán al Señor todos los pueblos,
    y su gloria verán los poderosos.
    R. El Señor tiene compasión de nosotros.
    Esto se escribirá para el futuro
    y alabará al Señor el pueblo nuevo.
    porque el Señor, desde su altura santa,
    ha mirado a la tierra desde el cielo,
    para oír los gemidos del cautivo
    y librar de la muerte al prisionero.
    R. El Señor tiene compasión de nosotros.

    Aclamación antes del Evangelio Mt 11, 28

    R. Aleluya, aleluya.
    Vengan a mí, todos los que están fatigados
    y agobiados por la carga,
    y yo les daré alivio, dice el Señor.
    R. Aleluya.

    Evangelio Mt 11, 28-30

    En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera".


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    Thu, 18 Jul 2024 04:30:00 EDT USCCB https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071824.cfm
    Miércoles de la XV semana del Tiempo ordinario https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071724.cfm Primera lectura Is 10, 5-7. 13-16
    Esto dice el Señor:
    "¡Ay Asiria, bastón de mi ira,
    vara que mi furor maneja!
    Contra una nación impía voy a guiarte,
    contra un pueblo que experimenta mi cólera voy a mandarte,
    para que lo saquees y lo despojes
    y lo pisotees como el lodo de las calles.

    Pero Asiria no lo piensa así
    ni son éstos sus planes;
    su intención es arrasar
    y exterminar numerosas naciones,
    pues dice: 'Con el poder de mi mano lo hice
    y con mi sabiduría, porque soy inteligente;
    he borrado las fronteras de los pueblos,
    he saqueado sus tesoros
    y, como un gigante, he derribado a sus jefes.

    Como un nido al alcance de mi mano
    alcancé la riqueza de los pueblos
    y como se recogen los huevos abandonados,
    así cogí yo toda la tierra
    y no hubo quien aleteara ni abriera el pico ni piara' ".

    Pero el Señor dice:
    "¿Acaso presume el hacha
    frente al que corta con ella?
    ¿O la sierra se tiene por más grande
    que aquel que la maneja?
    Como si la vara pudiera mover al que la levanta
    y el bastón pudiera levantar a quien no es de madera.
    Por eso, el Señor de los ejércitos
    hará enflaquecer a los bien alimentados
    y le prenderá fuego a su lujo,
    como se enciende la leña".

    Salmo Responsorial Salmo 93, 5-6. 7-8. 9-10. 14-15

    R. (14a) Escucha, Señor, a tu pueblo.
    Señor, los malvados humillan a tu pueblo
    y oprimen a tu heredad;
    asesinan a las viudas y a los forasteros
    y degüellan a los huérfanos.
    R. Escucha, Señor, a tu pueblo.
    Y comentan: "El Señor no lo ve,
    el Dios de Jacob no se entera".
    Entérense, insensatos;
    necios, ¿cuándo van ustedes a entender?
    R. Escucha, Señor, a tu pueblo.
    El que plantó el oído ¿no va a oír?
    El formó el ojo ¿no va a ver?
    El que educa a los pueblos ¿no va a castigar?
    El que instruye al hombre ¿no va a saber?
    R. Escucha, Señor, a tu pueblo.
    Jamás rechazará Dios a su pueblo
    ni dejará a los suyos sin amparo.
    Hará justicia al justo
    y dará un porvenir al hombre honrado.
    R. Escucha, Señor, a tu pueblo.

    Aclamación antes del Evangelio Cfr Mt 11, 25

    R. Aleluya, aleluya.
    Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
    porque has revelado los misterios del Reino
    a la gente sencilla.
    R. Aleluya.

    Evangelio Mt 11, 25-27

    En aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.

    El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar''.


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    Lectionary for Mass for Use in the Dioceses of the United States, second typical edition, Copyright © 2001, 1998, 1997, 1986, 1970 Confraternity of Christian Doctrine; Psalm refrain © 1968, 1981, 1997, International Committee on English in the Liturgy, Inc. All rights reserved. Neither this work nor any part of it may be reproduced, distributed, performed or displayed in any medium, including electronic or digital, without permission in writing from the copyright owner.

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    Wed, 17 Jul 2024 04:30:00 EDT USCCB https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071724.cfm