Lecturas de Hoy
- Readings for the Memoria de Santo Domingo, presbítero
Memoria de Santo Domingo de Guzmán, presbítero
Lectionary: 413
Primera lectura
Vi venir del norte un viento huracanado, una gran nube rodeada de resplandores y relámpagos, y en su centro, algo parecido al brillo del ámbar. En medio aparecían cuatro seres vivientes, que tenían forma humana. Oí el ruido de sus alas cuando se movían: era como el estruendo de un río caudaloso, como el trueno del Altísimo, como la gritería de una multitud o como el estruendo de un ejército en batalla. Cuando se detenían, plegaban sus alas.
Encima de la plataforma había una especie de zafiro en forma de trono y de esta especie de trono sobresalía una figura, que parecía un hombre. Vi luego una luz, como brillo de ámbar, como un fuego que envolvía al hombre, desde la cintura para arriba; desde la cintura para abajo, vi también algo como fuego, que difundía su resplandor, parecido al del arco iris que se ve en las nubes, cuando llueve.
Tal era la apariencia visible de la gloria del Señor. Cuando yo la vi, caí rostro en tierra.
Salmo Responsorial
R. El cielo y la tierra están llenos de tu gloria.
Alaben al Señor en las alturas,
alábenlo en el cielo;
que alaben al Señor todos sus ángeles;
celestiales ejércitos.
R. El cielo y la tierra están llenos de tu gloria.
Reyes y pueblos todos de la tierra.
gobernantes y jueces de este mundo;
hombres, mujeres, jóvenes y ancianos,
alaben al Señor y denle culto.
R. El cielo y la tierra están llenos de tu gloria.
El nombre del Señor alaben todos,
pues su nombre es excelso;
su gloria sobrepasa cielo y tierra,
y ha hecho fuerte a su pueblo.
R. El cielo y la tierra están llenos de tu gloria.
Que alaben al Señor todos sus fieles,
los hijos de Israel,
el pueblo que ha gozado siempre
de familiaridad con él.
R. El cielo y la tierra están llenos de tu gloria.
Aclamación antes del Evangelio
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio,
a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
R. Aleluya.
Evangelio
Cuando llegaron a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los recaudadores del impuesto para el templo y le dijeron: "¿Acaso tu maestro no paga el impuesto?" El les respondió: "Sí lo paga".
Al entrar Pedro en la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? ¿A quiénes les cobran impuestos los reyes de la tierra, a los hijos o a los extraños?" Pedro le respondió: "A los extraños". Entonces Jesús le dijo: "Por lo tanto, los hijos están exentos. Pero para no darles motivo de escándalo, ve al lago y echa el anzuelo, saca el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y paga por mí y por ti".
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.