Lecturas de Hoy

Memoria de Santo Domingo, presbítero

Lectionary: 617

Común de pastores [por los misioneros] o de santos [por los religiosos]

Primera lectura

1 Co 2, 1-10
Hermanos: Cuando llegué a la ciudad de ustedes para anunciarles el Evangelio, no busqué hacerlo mediante la elocuencia del lenguaje o la sabiduría humana, sino que resolví no hablarles sino de Jesucristo, más aún, de Jesucristo crucificado.

Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo. Cuando les hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con palabras de hombre sabio; al contrario, los convencí por medio del Espíritu y del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres.

Es cierto que a los adultos en la fe les predicamos la sabiduría, pero no la sabiduría de este mundo ni la de aquellos que dominan al mundo, los cuales van a quedar aniquilados. Por el contrario, predicamos una sabiduría divina, misteriosa, que ha permanecido oculta y que fue prevista por Dios desde antes de los siglos, para conducirnos a la gloria. Ninguno de los que dominan este mundo la conoció, porque, de haberla conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.

Pero lo que nosotros predicamos es, como dice la Escritura, que lo que Dios ha preparado para los que lo aman, ni el ojo lo ha visto, ni el oído lo ha escuchado, ni la mente del hombre pudo siquiera haberlo imaginado. A nosotros, en cambio, Dios nos lo ha revelado por el Espíritu que conoce perfectamente todo, hasta lo más profundo de Dios.

Salmo Responsorial

Del Salmo 95
R. Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto,
que le cante al Señor toda la tierra;
cantemos al Señor y bendigámoslo.
R. Cantemos la grandeza del Señor.
Proclamemos su amor día tras día,
su grandeza anunciemos a los pueblos,
de nación en nación, sus maravillas.
R. Cantemos la grandeza del Señor.
Alaben al Señor, pueblos del orbe,
reconozcan su gloria y su poder
y tribútenle honores a su nombre.
R. Cantemos la grandeza del Señor.
""Reina el Señor"", anuncien a los pueblos,
él afianzó con su poder el orbe,
con toda rectitud rige a los pueblos.
R. Cantemos la grandeza del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Jn 8, 12
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
R. Aleluya.

Evangelio

Lc 9, 57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo: ""Te seguiré a dondequiera que vayas"". Jesús le respondió: ""Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza"".

A otro, Jesús le dijo: ""Sígueme"". Pero él le respondió: ""Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre"". Jesús le replicó: ""Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios"".

Otro le dijo: ""Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia"". Jesús le contestó: ""El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios"".

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.