Lecturas de Hoy

Memoria Opcional de San Juan Bautista de la Salle, presbítero

Lectionary: 549

Común de pastores o de santos [por los educadores]

Primera Lectura

2 Tm 1, 13-14; 2, 1-3

Querido hermano: Conforma tu predicación a la sólida doctrina que recibiste de mí acerca de la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Guarda este tesoro con la ayuda del Espíritu Santo, que habita en nosotros.

Por tu parte, hijo mío, mantente firme con la gracia de Cristo Jesús. Y lo que me oíste proclamar en presencia de tantos testigos, confíalo a personas fieles, capaces, a su vez, de enseñarlo a otras personas. Comparte conmigo los sufrimientos, como buen soldado de Cristo Jesús.

Salmo Responsorial

Del Salmo 1

R. Dichoso quien ama la ley de Dios.
O bien: 
R. Dichoso quien confía en el Señor.
O bien: 
R. Los justos florecerán como las palmas en los atrios de la casa del Señor.
Dichoso aquel que no se guía 
por mundanos criterios, 
que no anda en malos pasos
ni se burla del bueno;
que ama la ley de Dios
y se goza en cumplir sus mandamientos. 
R. Dichoso quien ama la ley de Dios.
O bien: 
R. Dichoso quien confía en el Señor.
O bien: 
R. Los justos florecerán como las palmas en los atrios de la casa del Señor.
Es como un árbol plantado junto al río,
que da fruto a su tiempo
y nunca se marchita.
En todo tendrá éxito. 
R. Dichoso quien ama la ley de Dios.
O bien: 
R. Dichoso quien confía en el Señor.
O bien: 
R. Los justos florecerán como las palmas en los atrios de la casa del Señor.
En cambio los malvados
serán como la paja barrida por el viento. 
Porque el Señor protege el camino del justo
y al malo sus caminos acaban por perderlo. 
R. Dichoso quien ama la ley de Dios.
O bien: 
R. Dichoso quien confía en el Señor.
O bien: 
R. Los justos florecerán como las palmas en los atrios de la casa del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Mt 23, 11. 12

Que el mayor entre ustedes sea su servidor,
porque el que se humilla será enaltecido,
dice el Señor.

 

Evangelio

Mt 18, 1-5

En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?”

Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: “Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí”.

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.