Lecturas de Hoy
- Readings for the Lunes de la primera semana de Adviento
Memoria Opcional de San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia
Lectionary: 686
Común de pastores o de doctores de la Iglesia
Primera lectura
Por tu parte, hijo mío, mantente firme con la gracia de Cristo Jesús. Y lo que me oíste proclamar en presencia de tantos testigos, confíalo a personas fieles, capaces, a su vez, de enseñarlo a otras personas. Comparte conmigo los sufrimientos, como buen soldado de Cristo Jesús.
Salmo Responsorial
R. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
O bien:
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
La ley del Señor es perfecta del todo
y reconforta el alma;
inmutables son las palabras del Señor
y hacen sabio al sencillo. R.
R. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
O bien:
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
En los mandamientos del Señor hay rectitud
y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor
para alumbrar el camino. R.
R. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
O bien:
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
La voluntad de Dios es santa
y para siempre estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.
R. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
O bien:
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas
las normas del Señor,
y más dulces que la miel
de un panal que gotea. R.
R. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
O bien:
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Aclamación antes del Evangelio
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.
R. Aleluya.
Evangelio
El que recibió cinco millones fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un millón hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores.
Se acercó el que había recibido cinco millones y le presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco millones me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.
Se acercó luego el que había recibido dos millones y le dijo: 'Señor, dos millones me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.
Finalmente, se acercó el que había recibido un millón y le dijo: 'Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu millón bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo'.
El señor le respondió: 'Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo recibiera yo con intereses? Quítenle el millón y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene. Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación' "".