El que teme al Señor hará siempre el bien
y quien es fiel a la ley obtendrá sabiduría.
Ella le saldrá al encuentro como una madre
y lo recibirá como una esposa recién casada.
Lo nutrirá con el pan de la sensatez
y le dará a beber el agua de la prudencia.
Si se apoya en ella, no vacilará;
si confía en ella, no quedará defraudado.
La sabiduría lo hará destacar entre sus compañeros
y le dará elocuencia en la asamblea.
Lo llenará con un espíritu de inteligencia,
lo revestirá con una túnica de gloria.
Lo colmará de gozo y alegría
y le dará en herencia un nombre perdurable.