Lecturas de Hoy

Memoria de San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia

Lectionary: 633

Común de pastores o de doctores de la Iglesia

Primera lectura

1 Juan 4, 7-16

Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él.

El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.

Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto.

En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado su Espíritu. Nosotros hemos visto, y de ello damos testimonio, que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.

Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.

Salmo Responsorial

Del Salmo 118

R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Sólo cumpliendo todos tus mandatos
puede un joven vivir honestamente.
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Con todo el corazón te estoy buscando,
de tu ley no permitas que me aleje.
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Guardo tus mandamientos en mi pecho
para nunca ofenderte.
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Bendito eres, Señor,
enséñale a tu siervo lo que ordenas.
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Todos los mandamientos de tu boca
mis labios enumeran.
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Me gozo más cumpliendo tus preceptos,
que teniendo riquezas.
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Aclamación antes del Evangelio

Mateo 23, 9. 10

R. Aleluya, aleluya.
Su Maestro es uno solo, Cristo,
y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor.
R. Aleluya.

Evangelio

Mateo 23, 8-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.