Hermanos: Sin duda se acuerdan de nuestros esfuerzos y fatigas, pues, trabajando de día y de noche, a fin de no ser una carga para nadie, les hemos predicado el Evangelio de Dios.
Ustedes son testigos y Dios también lo es, de la forma tan santa, justa e irreprochable como nos hemos portado con ustedes, los creyentes. Como bien lo saben, a cada uno de ustedes lo hemos exhortado con palabras suaves y enérgicas, como lo hace un padre con sus hijos, a vivir de una manera digna de Dios, que los ha llamado a su Reino y a su gloria.
Ahora damos gracias a Dios continuamente, porque al recibir ustedes la palabra que les hemos predicado, la aceptaron, no como palabra humana, sino como lo que realmente es: palabra de Dios, que sigue actuando en ustedes, los creyentes.
Lecturas de Hoy
Miércoles de la XXI semana del Tiempo ordinario
Lectionary: 427
Primera lectura
1 Tes 2, 9-13
Salmo Responsorial
Salmo 138, 7-8. 9-10. 11-12ab
R. (1a) Condúcenos, Señor, por tu camino.
¿A dónde iré yo lejos de ti, Señor?
¿Dónde escaparé de tu mirada?
Si subo hasta el cielo, allí estás tú;
si bajo el abismo, allí te encuentras.
R. Condúcenos, Señor, por tu camino.
Si voy en alas de la aurora
o me alejo hasta el extremo del mar,
también allí tu mano me conduce
y tu diestra me sostiene.
R. Condúcenos, Señor, por tu camino.
Si digo: “Que me cubran las tinieblas,
que la luz se convierta en noche para mí”,
las tinieblas no son oscuras para ti
y la noche es tan clara como el día.
R. Condúcenos, Señor, por tu camino.
¿A dónde iré yo lejos de ti, Señor?
¿Dónde escaparé de tu mirada?
Si subo hasta el cielo, allí estás tú;
si bajo el abismo, allí te encuentras.
R. Condúcenos, Señor, por tu camino.
Si voy en alas de la aurora
o me alejo hasta el extremo del mar,
también allí tu mano me conduce
y tu diestra me sostiene.
R. Condúcenos, Señor, por tu camino.
Si digo: “Que me cubran las tinieblas,
que la luz se convierta en noche para mí”,
las tinieblas no son oscuras para ti
y la noche es tan clara como el día.
R. Condúcenos, Señor, por tu camino.
Aclamación antes del Evangelio
1 Jn 2, 5
R. Aleluya, aleluya.
En aquel que cumple la palabra de Cristo
el amor de Dios ha llegado a su plenitud.
R. Aleluya.
En aquel que cumple la palabra de Cristo
el amor de Dios ha llegado a su plenitud.
R. Aleluya.
Evangelio
Mt 23, 27-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque son semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre! Así también ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les construyen sepulcros a los profetas y adornan las tumbas de los justos, y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, nosotros no habríamos sido cómplices de ellos en el asesinato de los profetas’! Con esto ustedes están reconociendo que son hijos de los asesinos de los profetas. ¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron!”
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les construyen sepulcros a los profetas y adornan las tumbas de los justos, y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, nosotros no habríamos sido cómplices de ellos en el asesinato de los profetas’! Con esto ustedes están reconociendo que son hijos de los asesinos de los profetas. ¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron!”
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.