En aquellos días, el Señor me habló y me dijo: "Hijo de hombre, dile al príncipe de Tiro: 'El Señor Dios dice esto:
Tu corazón se ha ensoberbecido y has dicho:
Soy Dios, estoy sentado en el trono de Dios,
en medio de los mares;
pero eres hombre y no Dios,
y te crees tan sabio como Dios;
pretendes ser más inteligente que Daniel
y conocer todos los secretos;
con tu sabiduría y habilidad te has hecho rico,
has amontonado oro y plata en tus tesoros;
con astucia de comerciante has aumentado tus riquezas
y te has ensoberbecido por tu fortuna' ".
Por eso dice el Señor:
"Porque te has creído tan sabio como Dios,
por eso mandaré contra ti
a los más feroces de los pueblos extranjeros,
que desenvainarán su espada contra tu esplendor y tu sabiduría
y acabarán con tu grandeza.
Ellos te matarán
y el mar será tu sepultura.
¿Ante la mano misma de tus verdugos
te atreverás a afirmar todavía que eres Dios,
cuando no eres más que un hombre?
Morirás como un pagano a manos de extranjeros,
porque así lo digo yo, el Señor Dios''.
Lecturas de Hoy
Memoria de San Pio X, papa
Lectionary: 420
Primera lectura
Ez 28, 1-10
Salmo Responsorial
Deuteronomio 32, 26-27ab. 27cd-28. 30. 35cd-36ab
R. (39c) El Señor da la muerte y la vida.
El Señor pensó: "Voy a dispersarlos
y a borrar su memoria entre los hombres".
Pero no; que temo la presunción del enemigo
y la mala interpretación del adversario.
R. El Señor da la muerte y la vida.
Pues diría al enemigo que su mano había vencido
y que no era el Señor el que lo había hecho,
porque son una nación que ha perdido el juicio.
R. El Señor da la muerte y la vida.
¿Cómo puede uno persiguir a mil
y dos poner en fuga a diez mil?
¿No es porque su Dios los ha vendido,
porque el Señor los ha entregado?
R. El Señor da la muerte y la vida.
El día de su destrucción se acerca,
y su suerte se apresura,
porque el Señor defenderá a su pueblo
y tendrá compasión de sus siervos.
R. El Señor da la muerte y la vida.
El Señor pensó: "Voy a dispersarlos
y a borrar su memoria entre los hombres".
Pero no; que temo la presunción del enemigo
y la mala interpretación del adversario.
R. El Señor da la muerte y la vida.
Pues diría al enemigo que su mano había vencido
y que no era el Señor el que lo había hecho,
porque son una nación que ha perdido el juicio.
R. El Señor da la muerte y la vida.
¿Cómo puede uno persiguir a mil
y dos poner en fuga a diez mil?
¿No es porque su Dios los ha vendido,
porque el Señor los ha entregado?
R. El Señor da la muerte y la vida.
El día de su destrucción se acerca,
y su suerte se apresura,
porque el Señor defenderá a su pueblo
y tendrá compasión de sus siervos.
R. El Señor da la muerte y la vida.
Aclamación antes del Evangelio
Cfr 2 Cor 8, 9
R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre,
para enriquecernos con su pobreza.
R. Aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre,
para enriquecernos con su pobreza.
R. Aleluya.
Evangelio
Mt 19, 23-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos".
Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: "Entonces ¿quién podrá salvarse?" Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió: "Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible".
Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: "Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?" Jesús les dijo: "Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros''.
Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: "Entonces ¿quién podrá salvarse?" Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió: "Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible".
Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: "Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?" Jesús les dijo: "Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros''.
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.