Míranos y ten piedad de nosotros, Señor, Dios del universo;
infunde tu temor a todas las naciones,
para que ellas sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay otro Dios fuera de ti.
Repite tus prodigios y haz nuevos portentos;
reúne a todas las tribus de Jacob,
y devuélveles la tierra que antaño poseyeron.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre:
de Israel, a quien elegiste por primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa, Jerusalén,
que es el lugar de tu reposo.
Llena a Sión con la fama de tus maravillas
y a tu pueblo con tu gloria;
cumple las promesas que hiciste a tus primeros hijos,
realiza las profecías pronunciadas en tu nombre.
Recompensa a los que esperan en ti,
para mostrar que tus profetas son dignos de fe.
Por amor a tu pueblo
escucha las súplicas de tus siervos;
y que toda la tierra reconozca
que tú eres el Señor, el Dios eterno.