Lecturas de Hoy

Memoria Opcional de San Luis María de Montfort, presbítero

Lectionary: 556A

                                        Común de pastores

 

Primera lectura

1 Co 1, 17-25
Hermanos: No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio, y eso, no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. En efecto, la predicación de la cruz es una locura para los que van por el camino de la perdición; en cambio, para los que van por el camino de la salvación, para nosotros, es fuerza de Dios. Por eso dice la Escritura: Anularé la sabiduría de los sabios e inutilizaré la inteligencia de los inteligentes.

¿Acaso hay entre ustedes algún sabio, algún erudito, algún filósofo? ¿Acaso no ha demostrado Dios que tiene por locura la sabiduría de este mundo? En efecto, puesto que mediante su propia sabiduría, el mundo no reconoció a Dios en las obras de su divina sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la predicación de la locura del Evangelio.

Por su parte, los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos, Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres.

Salmo Responsorial

Del Salmo 39
R. (cf. 8a y 9a) Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Con una gran confianza
esperé en el Señor;
él se inclinó hacia mí
y escuchó mi clamor.
El me puso en la boca un canto nuevo,
un himno a nuestro Dios.
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Sacrificios y ofrendas ya no quieres,
en cambio me has dejado oír tu voz;
no pides expiaciones ni holocaustos,
así que dije: “Aquí estoy”.
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
En libro sagrado se me ordena
cumplir lo que tú mandas.
Me agrada hacer tu voluntad, Dios mío,
pues tu ley es la entraña de mi entraña.
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He dado a conocer tu salvación
ante todo tu pueblo;
tú bien sabes, Señor,
que no guardé silencio.
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Aclamación antes del Evangelio

Mc 1, 17
R. Aleluya, aleluya.
Síganme, dice el Señor,
y haré de ustedes pescadores de hombres.
R. Aleluya.

Evangelio

Mc 1, 14-20
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio”.

Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres”. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús.

 

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.